La Organización Mundial del Comercio (OMC) emitió una contundente advertencia sobre las consecuencias económicas derivadas de la creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China, señalando que la tensión entre ambas potencias podría provocar una contracción de hasta un 80 % en su comercio bilateral. Este deterioro representa un serio riesgo para el equilibrio económico global, dado que ambas economías representan conjuntamente alrededor del 3 % del comercio mundial.

Según la OMC, la estrategia de represalias comerciales entre las dos mayores economías del planeta no solo impactará sus relaciones bilaterales, sino que también plantea amenazas sistémicas para el crecimiento económico global. Las últimas evaluaciones del organismo apuntan a un escenario de creciente incertidumbre con efectos potencialmente devastadores, sobre todo si la escalada continúa sin una intervención diplomática efectiva.
Uno de los mayores temores de la OMC es la posible fragmentación del comercio global en bloques geopolíticos, lo que podría erosionar significativamente la eficiencia económica internacional. En un escenario de polarización comercial, el PIB real mundial podría reducirse hasta en un 7 % a largo plazo, lo que afectaría particularmente a las economías emergentes y a los países en desarrollo.

Además, la desviación del comercio —cuando los flujos comerciales se redirigen de forma artificial para evitar aranceles— representa una amenaza inmediata para la estabilidad económica global. Esta dinámica distorsiona los mercados y perjudica la eficiencia en la asignación de recursos, generando pérdidas tanto para exportadores como para consumidores.
Frente a este panorama, la OMC hizo un llamado urgente a todos sus miembros para fortalecer la cooperación multilateral. La organización insistió en la necesidad de encontrar soluciones conjuntas a través del diálogo, evitando así que las tensiones comerciales deriven en una crisis prolongada que debilite aún más la economía global.

La OMC reiteró que preservar un sistema comercial abierto, predecible y basado en normas es esencial para el desarrollo sostenible. En este sentido, reafirmó su papel como plataforma central para la negociación y resolución de conflictos comerciales, subrayando que solo mediante una respuesta global coordinada podrá evitarse un retroceso en la integración económica mundial.