El presidente Nayib Bukele, anunció un incremento del 10% en la producción de energía geotérmica en El Salvador, destacando un avance significativo en el sector energético del país. Este aumento refleja el esfuerzo del gobierno por fortalecer la infraestructura energética sostenible, apuntando a un desarrollo en la producción de energía renovable. Este incremento no solo contribuye a diversificar la matriz energética, sino que también subraya el compromiso del país con la sostenibilidad y la reducción de su dependencia de fuentes de energía no renovables.
Actualmente, El Salvador cuenta con dos principales plantas geotérmicas: la Central Ahuachapán, con una capacidad instalada de 95 megavatios, y la Central Berlín, en Usulután, con una capacidad de 110 megavatios. Estas instalaciones desempeñan un papel crucial en el abastecimiento de energía renovable al país. El aumento del 10% en la producción geotérmica significa una mayor contribución de estas plantas a la energía total generada, fortaleciendo el papel de la energía geotérmica dentro del potencial energético nacional.
El incremento en la producción geotérmica también resalta el impacto positivo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, al utilizar una fuente de energía limpia y sostenible. Con el 80% de la producción energética del país proveniente de fuentes renovables, el crecimiento de la energía geotérmica refuerza aún más el liderazgo de El Salvador en el sector de energías limpias. Este avance se alinea con los objetivos nacionales de sostenibilidad y eficiencia energética.
La Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) también ha enfatizado que las plantas hidroeléctricas y geotérmicas juntas representan el 50% de la energía renovable en el país. La estrategia del gobierno incluye la implementación de nuevos proyectos y la potenciación de recursos fotovoltaicos y eólicos, lo que permitirá aumentar aún más la participación de energías renovables en la matriz energética nacional.
A medida que El Salvador continúa invirtiendo en infraestructura energética renovable, el país no solo mejora su seguridad energética, sino que también promueve un futuro más verde y sostenible. Este tipo de crecimiento subraya el compromiso del gobierno salvadoreño con una transición energética que beneficie tanto al medio ambiente como a la economía local.