
Giorgio Armani, conocido mundialmente como “Re Giorgio”, falleció hoy a los 91 años en su residencia en Milán, rodeado de familiares, tras una breve enfermedad. Considerado uno de los diseñadores más influyentes del siglo XX y XXI, Armani dejó una marca imborrable en la moda italiana e internacional.
Desde sus inicios en la década de 1960, Armani se destacó por su visión innovadora y su capacidad de reinventar la elegancia. En 1975 fundó su propia marca, el Grupo Armani, transformando la sastrería masculina y femenina con un estilo minimalista y sofisticado que rompió con los excesos de la época. Su enfoque de líneas limpias, telas de calidad y sobriedad refinada convirtió sus diseños en un símbolo de lujo discreto y atemporal.
A lo largo de su carrera, Armani expandió su influencia más allá de la moda: lanzó perfumes, accesorios, muebles y hoteles, consolidando su marca como un referente global de estilo y buen gusto. Su impacto trascendió las pasarelas, llegando a celebridades, líderes mundiales y la cultura popular, quienes adoptaron sus diseños como un estándar de elegancia.
Armani también fue un mentor y visionario, apoyando a jóvenes diseñadores y promoviendo la cultura italiana a nivel internacional. Su creatividad y disciplina sirvieron de inspiración a toda una generación de profesionales del sector, quienes reconocen en su legado un ejemplo de innovación y excelencia.
Tras el anuncio de su fallecimiento, numerosas figuras del mundo de la moda, la cultura y los medios expresaron su admiración y respeto, recordando la enorme contribución de Armani al arte del vestir y su influencia global. La Casa Armani aseguró que continuará trabajando bajo los principios y la visión de su fundador, garantizando que su legado creativo siga vivo.
Giorgio Armani deja atrás no solo un imperio de moda, sino también un estilo de vida y una filosofía de elegancia que seguirá guiando a diseñadores y amantes de la moda en todo el mundo. Su nombre permanecerá para siempre asociado con la innovación, la clase y el buen gusto.