Lunes, 27 Diciembre 2021 18:32

Los Mercados Emergentes en Desarrollo aumentaron su deuda soberana total del 31% al 46%

Escrito por Evelyn Alas

En un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la reestructuración de la deuda interna es como una intervención quirúrgica: se hace si es estrictamente necesario, y se evita si puede hacer más daño que bien.

Asimismo, manifiestan en el informe que, durante los últimos 20 años, las economías de Mercados Emergentes y en Desarrollo (EMED), han visto como la proporción de deuda interna soberana llamada “deuda interna” para simplificar respecto de la deuda soberana total aumentaba del 31% al 46%.

Por tanto, lo más probable es que la reestructuración de la deuda interna sea determinante a la hora de resolver crisis de deuda futuras. 

La deuda interna es diferente

Hasta la fecha, gran parte del trabajo del FMI y el mundo académico sobre los problemas de la deuda soberana se ha centrado en las repercusiones de la reestructuración de la deuda externa soberana, mediante una modificación de sus condiciones, como por ejemplo el monto adeudado o el período de reembolso, acordada con distintos tipos de acreedores externos.

¿Reestructurar o no reestructurar?

La decisión de reestructurar o no reestructurar la deuda interna no siempre es prerrogativa del soberano y, además, lleva consigo la responsabilidad de limitar los daños y ayudar a mitigar los efectos de la reestructuración sobre la economía interna.

Por ejemplo, con el fin de evitar poner en peligro la viabilidad del sistema financiero nacional, es posible que el gobierno se vea obligado a recapitalizar algunos bancos, o reponer los ahorros del sistema de pensiones.

De forma similar, es posible que para mantener el buen funcionamiento del banco central se requiera apoyo fiscal.

Amplia cobertura, claridad y transparencia

Para conseguir una amplia participación de los acreedores en la reestructuración y reducir la probabilidad de posibles litigios costosos, el proceso de reestructuración debe ser considerado justo y transparente.

Anticipar y mitigar los daños

El diseño de la reestructuración de la deuda interna debe anticipar, minimizar y gestionar los efectos de esta sobre el sistema financiero interno.

Las autoridades deben evaluar detenidamente las consecuencias negativas que podría acarrear una modificación de la legislación nacional. La inclusión y el uso de cláusulas de acción colectiva en los contratos de deuda interna podría aumentar la seguridad jurídica y la previsibilidad, dotando al sistema de un mecanismo de reestructuración posiblemente mejor que el que se consigue cambiando la legislación.

Acertar a la primera

La reestructuración de la deuda interna es una herramienta que los soberanos pueden utilizar cuando se enfrentan a tensiones fiscales y económicas. Para que resulte eficaz, debe planificarse bien, para evitar hacer más daño que bien. Con el fin de asegurar que sale bien a la primera, la reestructuración de la deuda interna soberana debe integrarse en un paquete de políticas más amplio que aborde de forma eficaz los problemas subyacentes y las vulnerabilidades de la deuda.