El máximo representante de la comisión regional subrayó que, según estimaciones de la CEPAL, para impulsar la transición hídrica justa y sostenible, se requiere un impulso inversor público y privado equivalente al 1.3% del Producto Interno Bruto (PIB) regional durante 10 años.
Esto generaría 3.6 millones de empleos verdes y los correspondientes nuevos ingresos familiares, constituyéndose así en un eje de recuperación transformadora de la economía de los países, reduciendo contaminantes y aumentando la resiliencia ante el cambio climático y amenazas sanitarias tales como la pandemia.
Manuel Otero, Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), por su parte, advirtió que estamos ante un problema realmente serio que resalta la relevancia del tema del agua para la agricultura y los sistemas agroalimentarios y plantea la necesidad de desarrollar e implementar sistemas innovadores para un uso más eficiente y efectivo, y subrayó la urgencia de instalar una acción conjunta a nivel continental que permita asegurar una mayor efectividad en el uso del agua.
Mario Lubetkin, Representante Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), precisó que, según estimaciones del organismo, para 2050 la producción mundial de alimentos tendrá un incremento del 50% en comparación con 2012 a fin de satisfacer la creciente demanda de alimentos.
Si se mantienen las condiciones actuales, esto exigirá al menos un 35% más de agua dulce, advirtió e instó a gestionar de manera sostenible los escasos recursos hídricos de la tierra.