Lunes, 14 Febrero 2022 16:36

Las economías en desarrollo enfrentan el riesgo de un "aterrizaje brusco"

Escrito por Evelyn Alas

Según un informe del Banco Mundial (BM), prevé que el crecimiento mundial se desacelerará marcadamente, a medida que los países empiezan a enfrentar el tercer año de la pandemia de COVID-19.

Ante este difícil panorama, los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) encaran diversos desafíos económicos, entre ellos los brotes continuos de COVID-19, una elevada inflación, niveles de deuda sin precedentes y una mayor desigualdad de ingresos.

Según la última edición del informe Perspectivas económicas mundiales, se espera que el crecimiento mundial se desacelere del 5.5 % en 2021 al 4.1 % en 2022 y al 3.2 % en 2023, a medida que la demanda reprimida se disipe y vayan eliminándose las iniciativas de apoyo fiscal y monetario en todo el mundo.

La rápida propagación de la variante ómicron, además, indica que probablemente la pandemia continuará alterando la actividad económica en el corto plazo. Se proyecta que el crecimiento caiga del 6.3 % en 2021 al 4.6 % en 2022 y al 4.4 % en 2023.

La notable desaceleración en las principales economías entre ellas Estados Unidos y China reducirá la demanda externa de bienes y servicios en numerosos MEED.

Además, la desaceleración se produce justo cuando los Gobiernos de muchas de estas economías se están quedando sin espacio normativo para responder, de ser necesario, a los desafíos emergentes: nuevos brotes de COVID-19, persistentes cuellos de botella en las cadenas de suministro y presiones inflacionarias, y mayores vulnerabilidades financieras en amplias zonas del mundo. La combinación de estas amenazas podría aumentar el riesgo de un aterrizaje brusco en estas economías.