Viernes, 08 Abril 2022 15:47

América Latina podría crecer un 2.3% en 2022 según Banco Mundial

Escrito por Evelyn Alas

Las economías de América Latina y el Caribe (ALC) van camino a una recuperación tras la crisis de COVID-19, aunque las secuelas de la pandemia persisten y la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible es cada vez más urgente, de acuerdo a un nuevo informe del Banco Mundial, Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde.

Luego de un rebote de 6.9 por ciento en 2021, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) de la región crezca 2.3 por ciento este año y un 2.2 por ciento adicional en 2023, logrando la mayoría de los países revertir las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica.

 

No obstante, estas modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial.

La previsión de crecimiento regional fue revisada a la baja en 0.4 por ciento tras la invasión rusa de Ucrania.

Del lado positivo, el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas.

De todas formas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención. La tasa de pobreza a nivel regional se elevó a 27.5 por ciento en 2021 y sigue por encima de su nivel prepandémico de 25.6 por ciento, mientras que las pérdidas de aprendizaje podrían resultar en una reducción del 10 por ciento en los ingresos futuros de millones de jóvenes en edad escolar.

 

El informe plantea una combinación de políticas que puede ayudar a aprovechar las oportunidades que brinda el crecimiento verde. Éstas incluyen:

Políticas para la fijación de precios que promuevan la adopción de las actuales tecnologías bajas en carbono, por ejemplo, mediante reformas en los subsidios a los combustibles fósiles y el establecimiento de impuestos sobre el carbono y esquemas de comercialización de emisiones.

Mecanismos creíbles de verificación que posibiliten las primas de precio verdes. Esto permitirá la exportación de créditos/compensaciones de carbono y sacar provecho de los mercados de financiamiento verde.

 

Sistemas mejorados para identificar y adoptar tecnologías que mitiguen el impacto de la región sobre el clima y la ayuden a adaptarse, mientras aprovecha sus ventajas naturales para crecer.  La agricultura climáticamente inteligente, por ejemplo, puede ayudar a los países a adaptarse a los cambios en los patrones de lluvia.

Compromisos en términos de política, planes a largo plazo creíbles, inversiones complementarias y mecanismos de reducción del riesgo, que reducen la incertidumbre y aceleran la adopción de tecnologías que promueven el crecimiento mientras se adaptan a y mitigan el cambio climático.