Además, la institución multilateral detalla que las remesas a países de medianos y bajos ingresos crecerán un 2%, a US$639 millones, menos a comparación del 2022 que fue del 5%.
Son malas noticias para las economías de Centroamérica y El Caribe, África y partes de Asia, que dependen en gran medida de las remesas. El Salvador, Nepal y Líbano son países donde las remesas representan más del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
La inflación en artículos como los alimentos y el combustible está encareciendo la vida de los emigrantes, lo que también frena su capacidad de enviar dinero al extranjero.
Con la elevada inflación de los alimentos, y el hecho de que los paquetes de estímulo anunciados por diferentes países también están disminuyendo ahora, los efectos acumulados se harán sentir en 2023.
América Latina experimentará el crecimiento más rápido de las remesas que cualquier otra región en 2023, con un 4.7%. La expansión de la construcción y la hostelería en Estados Unidos impulsó el empleo y ayudó a los inmigrantes a enviar dinero a su país este año.
El jefe de la Asociación Mundial de Conocimiento sobre Migración y Desarrollo, dijo que esperan una fuerte desaceleración muy fuerte.