En este período se observó crecimiento en 16 de las 19 actividades económicas incluidas en la medición del PIB por el enfoque de la producción, es decir, el 84% de dichas actividades, siendo las de mayor crecimiento: Electricidad con 12.6%, Construcción (12.5%), Servicios de esparcimiento (10.7%), Servicios del Gobierno (6.9%), Servicios administrativos y de apoyo (6.7%), Restaurantes y hoteles (4.5%), y Servicios personales con 3.5%.

A nivel local, el aumento de la inversión e impulso al turismo, así como el desarrollo de las capacidades de generación de electricidad continúan incidiendo positivamente y de manera conjunta en la economía, ejerciendo dinamismo en las actividades productivas e impactando en variables como el empleo formal, el consumo, exportaciones, inversión pública y privada, entre otras.

Asimismo, el fortalecimiento de la seguridad pública ha sido un factor determinante para propiciar mejores condiciones tanto para la evolución de las actividades productivas como para la atracción de la inversión y para el posicionamiento del país como referente de destino turístico a escala internacional, con efectos favorables en actividades de Comercio y servicios relacionados como el Transporte, Restaurantes y hoteles, entre otros.

Por otra parte, las medidas antiinflacionarias impulsadas por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele basadas en la estabilización y control de precios, principalmente de bienes de consumo masivo y de origen importado como los combustibles y productos de la canasta básica alimentaria, han logrado reducir el impacto de factores externos en los costos de los procesos productivos y, por ende, han contribuido a ralentizar el crecimiento de los precios al consumidor local, permitiendo a los hogares la utilización del ingreso disponible para la compra de bienes y servicios.

En la medición del PIB desde el enfoque del gasto se observó un crecimiento anual en las exportaciones de 12.6%, de 11.1% en la inversión, mientras que el consumo privado aumentó 2.1% y el consumo público tuvo una variación anual de -2.3%, dada la significativa disminución en las necesidades para la atención de la pandemia. En tanto, las importaciones registraron una tasa anual de 2.5%, las cuales incluyen bienes intermedios para la transformación, bienes de capital requeridos para los procesos productivos, así como bienes de consumo final.

Para el cierre de 2022, se espera que el comportamiento de la actividad económica continúe reflejando efectos favorables de las políticas públicas y medidas implementadas para la reducción de precios y el impulso a sectores productivos mediante la inversión, desarrollo del turismo, promoción internacional de bienes y servicios salvadoreños, así como el incremento en el flujo de actividades comerciales y servicios relacionados a las festividades de fin de año y eventos deportivos mundiales.

Como resultado de ello, el Banco Central mantiene su proyección de crecimiento económico de 2.8% para el año 2022, mientras que para el próximo año estima que la economía salvadoreña crecerá entre 2% y 3%, reflejando el impacto de la desaceleración de la economía mundial, compensado por el dinamismo de la demanda interna que será impulsada por la inversión pública, mejores condiciones de seguridad que favorecen el consumo e inversión privada, así como el turismo, sumado a una tasa de inflación de 3.3% proyectada para 2023, lo que también contribuirá a sostener el gasto de los hogares.