La mayoría de las producciones son de tamaño pequeño o mediano, por lo que resulta difícil hacer grandes inversiones de tiempo y recursos en la incorporación y asimilación de nuevas tecnologías.
Además, en muchas zonas rurales hay problemas de conectividad y considerando que la conectividad es la columna vertebral de la mayoría de las tecnologías utilizadas en la agricultura de precisión, la demanda no es precisamente elevada.
Otro obstáculo es el desconocimiento de cuáles son las tecnologías más adecuadas según la zona o la producción de las que se trate.
El BID consultó la opinión de 500 agricultores brasileños sobre las tecnologías digitales en la agricultura.
Aunque el 84% ya utiliza al menos una tecnología digital de algún tipo en aras de una mayor productividad, apenas alrededor de una quinta parte de los agricultores utiliza plataformas digitales más complejas y programas informáticos de gestión o imágenes de satélite.
No obstante, el 95% de los encuestados manifestó un gran interés por profundizar en el uso de las nuevas tecnologías, señal del creciente protagonismo de la innovación en la agricultura.
Si bien existe un holgado margen para nuevas inversiones, el mercado agrotecnológico de la región estaba valorado en US$1,210 millones en 2021. Para 2026, se prevé doblar esta cifra hasta los US$2,130 millones.