Miércoles, 11 Agosto 2021 17:30

El FMI apoya a 29 países más pobres y vulnerables con US$117 millones

Escrito por Evelyn Alas

En este contexto, el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha sido un factor de importancia crítica para salvar vidas y medios de vida. En respuesta a la crisis, el FMI ha otorgado US$117 millones en nuevo financiamiento y alivio del servicio de la deuda a 85 países alrededor.

Esto incluye asistencia financiera a 53 países de bajo ingreso y alivio del servicio de la deuda basado en donaciones a 29 de sus países miembros más pobres y vulnerables. Estimamos que en 2020 el apoyo del FMI facilitó un gasto adicional de del 0,5% del PIB en las economías de mercados emergentes y de casi el 1,0% del PIB en los países en desarrollo. El apoyo del FMI se centró en lo más importante.

Como resultado de la pandemia, la deuda y los déficits, que ya se mantenían en niveles históricamente elevados, han aumentado drásticamente.  En promedio, en 2021 los déficits fiscales globales como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), se situaron en 9,9% en el caso de las economías avanzadas, 7,1% en el de las economías de mercados emergentes y 5,2% en el de los países en desarrollo de bajo ingreso. Se proyecta que la deuda pública se aproxime al 99% del PIB de aquí a finales de 2021.

Las favorables condiciones financieras mundiales han permitido a los países con un riesgo crediticio bajo desplegar una expansión considerable y duradera del gasto público para responder a la pandemia. Sin embargo, en los países con acceso más limitado al financiamiento externo se proyecta que el gasto primario sea aún más bajo que el previsto antes de la pandemia.

Se necesita urgentemente una acción multilateral para reducir las diferencias en el acceso a las vacunas y poner fin a la pandemia.

En este sentido, la propuesta reciente del personal técnico del FMI por un monto de US$50 millones para poner fin a la pandemia, avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), fija como objetivo la vacunación de 40% de la población de cada país como mínimo para fines de 2021 y de 60% como mínimo para mediados de 2022, al mismo tiempo que busca asegurar un volumen adecuado de elementos de terapia y diagnóstico.

Se ha avanzado en varios frentes, pero es necesario redoblar los esfuerzos. El Grupo de trabajo sobre vacunas contra la COVID-19 también ha puesto en marcha un tablero de datos para identificar claramente y subsanar urgentemente las deficiencias en el acceso a las herramientas contra la COVID-19. 

Los países también tendrán que ver cómo movilizan recursos a escala nacional y mejoran la calidad del gasto.  La COVID-19 ha agravado la tensión entre las importantes necesidades de desarrollo y los escasos recursos públicos. Para recaudar los ingresos fiscales tan necesarios, los gobiernos deberán reforzar los sistemas tributarios, una tarea especialmente ardua ya que la competencia tributaria, las cuestiones relacionadas con la asignación de la base tributaria y las técnicas agresivas de planificación tributaria han puesto la tributación del ingreso bajo presión.

Sin embargo, es posible aumentar los ingresos, y deberá hacerse de una forma que promueva el crecimiento y favorezca la inclusión. Los gobiernos deberán tratar de mejorar la eficiencia, simplificar los códigos tributarios, reducir la evasión fiscal y mejorar la progresividad. También será esencial fortalecer la capacidad del Estado para recaudar impuestos y potenciar el papel del sector privado. Mientras dure la pandemia, la política fiscal debe seguir siendo ágil y responder a las circunstancias en constante evolución.