Martes, 17 Agosto 2021 20:36

Los pros y los contras de los crioptoactivos según el FMI

Escrito por Evelyn Alas

Las nuevas formas digitales de dinero tienen el potencial de ofrecer pagos más baratos y rápidos, aumentar la inclusión financiera, mejorar la resiliencia y la competencia de los proveedores de servicios de pago y facilitar las transferencias transfronterizas.

Pero esto no es sencillo de conseguir. Requiere importantes inversiones y difíciles decisiones de política, como es la definición del papel de los sectores público y privado en la oferta y regulación de las formas digitales de dinero.

Y, aun así, el bitcóin sigue vivo. Para algunos, es una oportunidad de realizar transacciones de forma anónima, para bien o para mal. Para otros, es una forma de diversificar carteras y mantener un activo especulativo que puede generar fortuna, pero también importantes pérdidas.

¿Criptoactivos como moneda de curso legal?

El bitcóin y sus homólogos se encuentran en gran parte en la periferia de las finanzas y los pagos, y sin embargo algunos países están considerando seriamente otorgar a los criptoactivos el estatus de moneda de curso legal e, incluso, convertirlos en una segunda (o potencialmente la única) moneda nacional.

Si se otorgara a un criptoactivo el estatus de moneda de curso legal, los acreedores tendrían que aceptarlo como medio de pago de obligaciones monetarias, como son los impuestos, de forma similar a los billetes y a las monedas en circulación (dinero legal) emitidos por el banco central.

Es difícil que los criptoactivos se impongan en países cuya inflación y tipos de cambio son estables y que cuentan con instituciones creíbles. Los hogares y las empresas tendrían muy pocos incentivos para fijar precios o ahorrar en un criptoactivo paralelo como el bitcóin, aun cuando se le concediera el estatus de dinero legal o moneda de curso legal. Su valor es demasiado volátil y sin relación con la economía real.

Incluso en economías relativamente menos estables, el uso de monedas de reserve internacionalmente reconocidas, como el dólar o el euro, sería más atractivo que adoptar un criptoactivo.

Los criptoactivos podrían imponerse como vehículo para que las personas que no disponen de cuenta bancaria realicen pagos, pero no como reserva de valor. Se cambiarían inmediatamente por moneda real una vez recibidos.

Proceder con precaución

El costo más directo de la adopción generalizada de criptoactivos, como el bitcóin, es la estabilidad macroeconómica. Si se fijaran los precios de los bienes y servicios tanto en moneda real como en criptoactivos, los hogares y las empresas emplearían tiempo y recursos importantes en elegir qué moneda mantener, en lugar de participar en actividades productivas. De forma similar, los ingresos fiscales se verían expuestos al riesgo de tipo de cambio si los impuestos se indicaran por adelantado en criptoactivos, mientras que los gastos siguieran estando en su mayoría en moneda nacional, o viceversa.

Lograr un equilibrio

En cuanto moneda nacional, los criptoactivos incluido el bitcóin vienen acompañados de riesgos importantes para la estabilidad macrofinanciera, la integridad financiera, la protección de los consumidores y el medio ambiente.