El blanqueo de capitales es la amenaza "número uno", explicó a través de un comunicado el resultado de una encuesta realizada a las policías de sus 195 países miembros y señala que un 67% de los interrogados la consideran "alta" o "muy alta".
La utilización de programas informáticos para hacer chantaje (ransomware) ocupa la segunda posición, ya que también la califican como un peligro "alto" o "muy alto" un 66 % de los miembros de la muestra. Además, es el delito que se espera que más se incremente en los próximos años (72%).
Si tradicionalmente era el tráfico de drogas el que dominaba las listas de amenazas delictivas, Interpol hace hincapié en que la delincuencia financiera por medios cibernéticos ha crecido "precipitadamente" en los últimos años, en particular durante la pandemia por el Covid-19.
La razón es que durante y después de los confinamientos la digitalización se ha acelerado, con actividades profesionales y personales que se realizan cada vez más desde casa y en línea.
Eso posibilita una amplia paleta de delitos cibernéticos como el compromiso del correo electrónico de las empresas, el fraude a los ejecutivos (los delincuentes se hacen pasar por directivos), las estafas en el comercio electrónico o los fraudes en las inversiones, que han crecido en casi todas las regiones del mundo.