Además, los ingresos técnicamente están sobreestimados en casi US$500 millones, esto puede provocar problemas al ejecutar el presupuesto. Además, la estructura de impuestos sigue siendo regresiva, que proporcionalmente, afecta más a las personas más pobres.

Con base al escenario macroeconómico y la mejora real en la recaudación, la sobreestimación podría ser de alrededor de US$490.6 millones. En cuanto a la reposición por recaudación para el 2022, el 59.9% provendrá de impuestos indirectos reafirmando la estructura tributaria regresiva que cuenta el país.

El déficit fiscal, del Sector Público no Financiero (SPNF) incluyendo el costo previsional, si se incorporan los gastos subestimados y se corrige la sobreestimación de ingresos, podría ser de 5.7% del Producto Interno Bruto (PIB), para 2022. Esto provocaría que la deuda pública supere el 90.8% del PIB.

Por otra parte, en el contexto social, el aumento de la pobreza extrema se duplicó de al menos 7 años. Siendo un retroceso de la desigualdad es de al menos 6 años.

El 47.8% padeció desigualdad alimentaria grave o moderada, es decir uno de cada dos salvadoreños no comió lo suficiente o incluso no comió. Siendo un aumento de 5.5 puntos porcentuales.

Solo entre octubre de 2020 y septiembre de 2021 (año fiscal estadounidense), se reportó la detención de 98,690 salvadoreños en la frontera entre Estados Unidos y México. Según el análisis de la ICEFI estos son los índices más altos desde que hay registro.

El análisis ha sido realizado por el ICEFI en base a los datos que brinda el Ministerio de Hacienda y el Banco Central de Reserva (BCR). Asimismo, Castañeda dijo que el presupuesto debe importarle a la población porque ahí se define quiénes se van a beneficiar del gasto y quiénes no, si se va vivir en una sociedad más desarrollada, más democrática, más transparente o, todo lo contrario.