De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la última semana se reportaron 10 millones de casos nuevos y más de 45,000 muertes por COVID-19 en todo el mundo, lo que se traduce en un aumento del 40% en el número de defunciones respecto a inicios de marzo.
Los cierres de diversas empresas, fábricas dedicadas a la industria automotriz y manufacturera, comercios locales y la implementación de medidas sanitarias más exigentes han provocado en las últimas semanas retrasos y aumentos en los costos de la cadena de suministro.
La fábrica de Tesla en Shanghái canceló los planes para reanudar la producción de su planta el viernes y sábado, lo que está ocasionando de entrega de sus vehículos Madel 3 y Model, que no sólo abastecen al mercado local, sino que también a buena parte de países europeos.
Este anuncio coincide con la publicación vía Twitter que realizó su director general, Elon Musk, donde informó haber dado positivo a Covid-19.
En tanto, el autotransporte de carga se ha visto afectado en un 20% en muchas partes del mundo, pues está ocasionando largas filas de camiones que esperan cruzar las fronteras, pero la existencia de protocolos más exigentes y descoordinados en las carreteras y puentes fronterizos provocan retrasos, según expresó la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU, por sus siglas en inglés).
Como consecuencia, el tiempo de entrega de los productos es más largo, lo que a su vez provoca un aumento en los costos de transporte como la tarifa de desvío y de autopista.
De acuerdo con expertos, la industria manufacturera en China se ha contraído en marzo a partir de que se empezaron a registrar los primeros aumentos de casos por COVID-19 en la ciudad de Shenzen.
Con ello, el Organismo instó à los gobiernos a seguir vigilando la evolución de la pandemia y no bajar la guardia en las medidas sanitarias para que no sea necesario extremarlas a causa de rebrotes que puedan afectar cada vez más la cadena de suministro y el comercio a nivel global.