Los precios de los combustibles y los alimentos han subido con rapidez, asestando un golpe particularmente duro a las poblaciones vulnerables de los países de bajo ingreso.
El FMI proyecta que el crecimiento mundial se desacelere del 6.1% estimado para 2021 a 3.6% en 2022 y 2023; es decir, 0.8 y 0.2 puntos porcentuales en esos dos años que lo previsto en enero. Más allá de 2023, el crecimiento mundial disminuiría a alrededor de 3.3% a mediano plazo.
El encarecimiento de las materias primas provocado por la guerra y la ampliación de las presiones de precios se han traducido en una inflación proyectada para 2022 de 5.7% en las economías avanzadas y de 8.7% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo; o sea, 1.8 y 2.8 puntos porcentuales más que lo proyectado en enero.
Las iniciativas multilaterales para responder a la crisis humanitaria, impedir que se ahonde la fragmentación económica, mantener la liquidez mundial, manejar las situaciones críticas de sobreendeudamiento, encarar el cambio climático y poner fin a la pandemia son fundamentales.
Los precios de los combustibles y los alimentos han subido con rapidez, asestando un golpe particularmente duro a las poblaciones vulnerables de los países de bajo ingreso.
Se proyecta que el crecimiento mundial se desacelere del 6.1% estimado para 2021 a 3.6% en 2022 y 2023; es decir, 0.8 y 0.2 puntos porcentuales en 2022 y 2023 que lo previsto en enero.