Al finalizar el año, el Gobierno reportó que había superado sus propias metas para la recolección de tributos. Los ingresos reportados por Hacienda estuvieron US$252.7 millones arriba de las proyecciones para el presupuesto nacional.
Son cuatro condiciones las que propician estos resultados: el Plan Antievasión, la modernización del Estado, el crecimiento económico y una mayor confianza de los contribuyentes en el trabajo de las instituciones.
Así se puede observar cuando se compara la participación de los dos principales impuestos que aportan al total: el IVA, indirecto y aplicado al consumo; el Impuesto Sobre la Renta (ISR), directo y que se retiene según la capacidad económica de cada contribuyente.
El IVA dejó US$3,023.6 millones, una variación de 8.4% respecto del 2021, pero inferior a la meta presupuestada. Una de las explicaciones es que, debido a las medidas para enfrentar la inflación mundial, el Gobierno redujo la proporción del IVA en la compra de algunos bienes.
En cuanto al ISR, al cierre del año generó US$2,782 millones, que representa un crecimiento de 25% respecto del total 2021 y 9 % arriba de la meta presupuestada. De ese monto, US$1,918.4 millones los aportaron las retenciones y el pago a cuenta, que tienen una relación con las actividades productivas.
Este mejor nivel de ingresos se reflejó en más infraestructura para salud pública, obras de conectividad y de apoyo al turismo, prevención y protección ante desastres, renovación de escuelas, capacitación de profesionales para atender a la Primera Infancia y sus familias, entre otros. De hecho, según el Banco Central de Reserva, el Gobierno ejecutó US$1,756 millones en inversión durante 2022.