Así, llegan a su retiro con muy pocos recursos para mantener su nivel de vida.
Por esta razón, es indispensable incrementar los conocimientos financieros, identificar las diferentes opciones de ahorro e inversión, lo cuál será el inicio para incentivar el interés de adquirir educación financiera preventiva.
La educación financiera fomenta el crecimiento patrimonial en las familias y forma a las personas para que sean económicamente responsables.
Ahorro. Se debe ahorrar lo necesario para el futuro, realizando un plan que permita alcanzar los objetivos para el momento en que decida suspender las actividades productivas.
Fijar metas. Las metas a largo plazo son aquellas que se desean lograr en cinco o diez años. La meta se convierte en algo tangible, esto ayuda a mantener la disciplina del ahorro. Por ejemplo, comprar una casa, estudiar una licenciatura en la universidad, la boda de los hijos, el monto requerido para jubilarse y cualquier otra meta financiera que se proponga.
Buscar asesoría. Un profesional en temas financieros puede ayudar a elegir inversiones y poner en marcha nuestro plan financiero. Antes de seleccionar un asesor debe entrevistar a varios profesionales, lo cual ayudará a conocer los diferentes servicios que ofrecen estos asesores a sus inversionistas.