Según el análisis de Bloomberg, El Salvador ha tenido durante los últimos años dificultades para concretar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en distintas ocasiones ha citado la preocupación sobre la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal en la nación.
Ello, junto con la incertidumbre sobre el pago de su deuda y las políticas del presidente Nayib Bukele, contribuyeron a que la deuda tocara niveles mínimos el año pasado.
El pago de un bono clave de US$800 millones con vencimiento en enero ayudó a restaurar la confianza de algunos inversionistas.
Los mercados recibieron un nuevo impulso esta semana cuando se dio a conocer que el país contratará al exfuncionario del FMI Alejandro Werner, como asesor.
"Los inversionistas tienen más confianza en las perspectivas de El Salvador", dijo Katrina Butt, economista sénior de AllianceBernstein LP. Werner "podría proponer algunas ideas para fortalecer el balance del sector público" y limitar el riesgo de una política económica poco ortodoxa, dijo.
Aunque el diferencial soberano del país aún muestra riesgo, los bonos han tenido un rendimiento promedio de 28% este año, según datos recopilados en un índice de Bloomberg. Eso hace que la deuda de El Salvador sea la de mejor desempeño en los mercados emergentes en lo que va de 2023, según muestran los datos.