Un impago provocaría que miles de funcionarios dejasen de cobrar, que los mayores vean suspendidas sus prestaciones de jubilación y que las personas vulnerables no puedan acceder a sus subsidios de salud, entre otros efectos.
Por este motivo, un incumplimiento puede provocar un fuerte un derrumbe del dólar estadounidense, que daría lugar a una fluctuación imprevisible de los tipos de cambio y haría aumentar los precios del petróleo y las materias primas. Esto afectaría de lleno al comercio mundial y podría arrastrar al resto de los países a una recesión.
Además de una ola de despidos, los ciudadanos pueden temer un nuevo aumento de la inflación en todo el mundo y más problemas de abastecimiento debido al impacto en la cadena de suministros, como sucedió durante la pandemia de la Covid-19.
El escenario vislumbrado por la Oficina de Presupuesto del Congreso y el Departamento del Tesoro de EEUU calcula que el mercado de valores caería un 45%, un impacto menor que la crisis del petróleo de 1973 (-48%), la burbuja tecnológica (-49%) y la crisis financiera de 2008 (-57%).
Los expertos advierten que cualquier falta de confianza del dólar como moneda de reserva mundial podría llevar a los inversores a deshacerse de sus bonos del Tesoro.
Son instrumentos de ahorro para individuos ahorradores, emitidos por el Departamento del Tesoro de los EE. UU. A los efectos de este programa, sólo se ofrecerán bonos de ahorros de la serie 1.
Cuando se compra un bono del Estado, le presta al Gobierno una cantidad acordada de dinero durante un período también establecido. A cambio de esto, el Gobierno le devuelve el dinero con un nivel de interés de forma periódica, lo que se conoce como cupón.