En concreto, los sectores más afectados han sido las infraestructuras críticas -incluidos los servicios públicos de electricidad, gas y agua y los hospitales- que se enfrentan a una exposición muy elevada al riesgo cibernético. Por su parte, los bancos, las telecomunicaciones, la tecnología, los productos químicos, la energía y los servicios de transporte se enfrentan a una alta exposición al riesgo cibernético.
«El riesgo cibernético está aumentando. Sin embargo, estamos asistiendo a un crecimiento correlativo de las inversiones en programas de seguridad sólidos, ya que las industrias priorizan la necesidad de evaluar y cuantificar el riesgo para informar las decisiones estratégicas clave, mitigar el riesgo de la cadena de suministro y garantizar la confianza de los inversores», explica Steven Libretti, analista y autor principal del informe.
Para Derek Vadala, director de riesgos de BitSight, «si se sigue prestando atención a la mejora de la higiene cibernética básica y a la gestión de las vulnerabilidades, se puede reducir de forma apreciable el riesgo de sufrir un incidente que afecte al negocio».