De acuerdo con la Unión Europea, América Latina es responsable del 45% del comercio mundial de productos agrícolas, destacándose en ser proveedores de frutas y hortalizas para los mercados internacionales.
Asímismo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha proyectado que el nearshoring podría incrementar las exportaciones de América Latina y el Caribe en US$78,000 millones anualmente. Este modelo, que implica relocalizar instalaciones y procesos de producción más cerca de los mercados consumidores, ofrece a las empresas un mayor control sobre sus operaciones, en contraste con el offshoring que delega la producción a proveedores extranjeros.
El comercio entre Reino Unido y América Latina también ha mostrado un crecimiento significativo, con el aumento del 24.4%, según datos oficiales. Aunque este comercio representa solo el 2% de las importaciones británicas y el 2.5% de sus exportaciones, es un indicador de la creciente relevancia de América Latina en el escenario económico global.
Tania Hoyos, Directora Ejecutiva de la Cámara de Comercio Británica, ha resaltado la importancia del nearshoring para las empresas. Este enfoque permite a las empresas tener un mayor control sobre la producción, mejorando la eficiencia y reduciendo riesgos asociados con cadenas de suministro largas y complejas. La tendencia hacia el nearshoring podría transformar las relaciones comerciales entre América Latina y el resto del mundo.
En este sentido, América Latina no solo es un actor dominante en el comercio agrícola global, sino que también tiene el potencial de expandir significativamente sus exportaciones mediante el nearshoring. Esta estrategia no solo beneficiará a la región en términos económicos, sino que también fortalecerá su posición como socio comercial estratégico en la economía global.