Un análisis reciente del Banco Mundial (BM) resalta que los próximos 25 años serán cruciales para determinar si los 26 países más pobres del mundo pueden avanzar hacia la categoría de ingreso mediano. Estos países, hogar de más del 40% de las personas que subsisten con menos de US$2.15 al día, enfrentan serios obstáculos como conflictos, crisis económicas recurrentes y un crecimiento persistentemente débil, lo que limita su progreso. Desde el inicio del siglo XXI, mientras 39 países de ingreso bajo lograron ascender a la categoría de ingreso mediano, 24 han quedado rezagados con un crecimiento económico casi nulo.
El informe destaca que, a menos que se logren mejoras sostenidas en el crecimiento, solo seis de los actuales países de ingreso bajo alcanzarán el estatus de ingreso mediano para 2050. Las principales barreras incluyen conflictos persistentes, vulnerabilidad al cambio climático y niveles insostenibles de deuda. Además, la mayoría de estos países se encuentran en África subsahariana, y la mitad carece de acceso al mar, lo que dificulta su integración en el comercio global. Sin embargo, poseen ventajas importantes como abundantes recursos minerales necesarios para la transición energética global y un rápido crecimiento de la población en edad laboral.
Casos como el de Nepal y Rwanda muestran que el progreso es posible. Nepal, afectado por una guerra civil, alcanzó el estatus de ingreso mediano en 2019 tras implementar reformas políticas respaldadas por la comunidad internacional. Rwanda, por su parte, superó el genocidio de 1994 y logró un crecimiento sostenido gracias a reformas económicas y apoyo internacional, acercándose a la categoría de ingreso mediano. Estos ejemplos destacan la importancia de la estabilidad política y políticas internas eficaces para impulsar el desarrollo.
El informe enfatiza que la comunidad internacional tiene un papel crítico en apoyar a estos países, que enfrentan desafíos extraordinarios como el cambio climático y el sobreendeudamiento. Según el BM, se necesitan acciones urgentes para canalizar recursos hacia políticas que estimulen la inversión, mejoren el clima de negocios y promuevan el crecimiento inclusivo.
Ayhan Kose, economista del BM, subraya que el objetivo de erradicar la pobreza extrema solo será alcanzado si estos 26 países logran un progreso significativo. Esto requiere atención global y un enfoque estratégico para superar las barreras que enfrentan.
El análisis concluye que los países más pobres pueden inspirarse en casos exitosos de naciones que ascendieron al rango de ingreso mediano en el pasado. Reformas sostenidas, inversiones bien canalizadas y estabilidad política han demostrado ser factores clave para acelerar el crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida en estas regiones.