El café, uno de los productos agrícolas más importantes y volátiles, es esencial para el sustento de 25 millones de personas en América Latina, la mayoría pequeños agricultores. Sin embargo, enfrentan retos crecientes como la deforestación, la degradación del suelo y los impactos del cambio climático, incluyendo patrones meteorológicos impredecibles.
Para abordar estos desafíos, ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han anunciado una alianza estratégica. El acuerdo, presentado en el Foro Global de Productos Básicos 2024, busca mejorar la trazabilidad en las cadenas de valor del café de la región. Los sistemas de trazabilidad permitirán una mayor transparencia en la cadena de suministro y destacarán a los productores que cultivan café de manera sostenible.
La implementación de estos sistemas facilitará el seguimiento del café desde la granja hasta la taza, promoviendo prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente. Esto permitirá a los consumidores tomar decisiones informadas y éticas, aumentando la demanda de café cultivado de forma responsable. En consecuencia, se fortalecerá la sostenibilidad económica y ambiental de la industria cafetera.
La colaboración entre UNCTAD y PNUD aprovechará la experiencia de ambas agencias para fomentar prácticas de producción sostenibles que protejan la biodiversidad y empoderen a las comunidades locales. Asimismo, trabajarán con gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil para garantizar la equidad y salvar los derechos de los pequeños agricultores, mujeres y comunidades indígenas.
El primer paso será el diseño de un proyecto de capacitación para 2025, centrado en tres países productores de café de la región. Este proyecto buscará preparar a los caficultores para cumplir con estándares internacionales, facilitar el acceso a mercados globales y aumentar la competitividad del sector.
La alianza también explorará el desarrollo de herramientas innovadoras de trazabilidad, diálogos políticos específicos e investigaciones basadas en datos. Todo esto apunta a cerrar la brecha entre los caficultores locales y los mercados internacionales, promoviendo una cadena de valor del café más justa y sostenible.