China anunció la suspensión temporal de ciertas contramedidas dirigidas a entidades estadounidenses, en un nuevo gesto que apunta a la distensión de la prolongada guerra comercial con Estados Unidos. La medida coincide con la entrada en vigor de una reducción mutua de aranceles, tras un acuerdo alcanzado en conversaciones de alto nivel entre ambos países en Ginebra.

Según el Ministerio de Comercio chino, la suspensión incluye restricciones relacionadas con controles de exportación y la lista de “entidades no confiables” anunciada en abril. Estas medidas quedarán sin efecto durante 90 días, período durante el cual se busca consolidar los avances logrados en la negociación comercial.
El mismo miércoles, entraron en vigor las reducciones arancelarias acordadas por ambas partes: Estados Unidos reducirá los aranceles a productos chinos al 30%, mientras que China bajará los suyos al 10%, un ajuste que representa una caída significativa respecto a los niveles superiores al 100% que llegaron a imponerse durante los momentos más tensos del conflicto.

El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que existe “un acuerdo muy, muy fuerte” en camino con China, destacando especialmente la apertura del mercado chino a las empresas estadounidenses como uno de los puntos más importantes. Sin embargo, no ofreció detalles concretos sobre los términos del pacto.
La guerra comercial había causado severos trastornos en las cadenas globales de suministro y pérdidas multimillonarias en los mercados financieros. La decisión de ambas potencias de reducir las tensiones representa una señal positiva para la economía global, aunque aún se esperan pasos concretos para consolidar una solución duradera.
