En un panorama global marcado por la incertidumbre económica, las economías de mercados emergentes muestran una tendencia dividida en sus políticas económicas, según reporta el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las economías financieramente frágiles están adoptando reformas disciplinadas para corregir vulnerabilidades estructurales, mientras que algunas economías tradicionalmente más estables se inclinan hacia políticas más riesgosas que podrían comprometer su sostenibilidad macroeconómica.
Durante este año, varios países financieramente vulnerables han implementado medidas como la eliminación de distorsiones en los mercados cambiarios, el control del crecimiento de la deuda pública y la acumulación de reservas internacionales. Estas acciones buscan fortalecer los fundamentos económicos y sentar bases para un crecimiento sostenible, marcando una apuesta por la disciplina fiscal y monetaria.
En contraste, algunas economías de mercados emergentes con mayor estabilidad y relaciones sólidas con los mercados internacionales están adoptando políticas más laxas. Estas decisiones, que incluyen un mayor endeudamiento y relajación de las restricciones fiscales, amenazan con aumentar las primas de riesgo y deteriorar los balances públicos, generando preocupación entre los inversores.
Los mercados financieros han reaccionado de manera clara a esta divergencia. Los bonos soberanos de países financieramente frágiles que están aplicando reformas han mostrado rendimientos significativamente altos, superando el 15% en los primeros nueve meses de 2024. Por otro lado, las economías más solventes registraron rendimientos por debajo del 5%, reflejando las inquietudes sobre sus políticas actuales.
Este fenómeno de «tráfico bidireccional» en los mercados emergentes no solo pone en evidencia las diferentes estrategias de los países en función de sus condiciones macroeconómicas, sino también el impacto directo de estas políticas en los mercados de deuda y las percepciones de riesgo de los inversores.