El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha concedido préstamos por un total de US$70,000 millones a 30 países durante el 2024. Este apoyo financiero busca fortalecer la estabilidad económica mundial en un contexto de incertidumbre y crisis. A través de estos préstamos, el FMI ha contribuido a aliviar las presiones sobre las economías más afectadas por los recientes desafíos globales.
La economía mundial ha atravesado una serie de crisis desde el fin de la pandemia, incluyendo interrupciones en las cadenas de suministro, una crisis energética y alimentaria causada por la guerra en Ucrania, y una escalada de la inflación. Para contrarrestar estos problemas, muchos países han endurecido sus políticas monetarias de manera sincronizada. Aunque esto ha ayudado a mantener cierta estabilidad, el costo ha sido un mayor endeudamiento y un aumento en los costos del servicio de la deuda.
El primer desafío que enfrentan las economías globales en este momento es proteger la estabilidad macroeconómica frente a posibles nuevos shocks geopolíticos y ajustes fiscales abruptos. Además, se debe controlar la inflación y devolverla a los niveles establecidos como meta. Las poblaciones más afectadas por las sucesivas crisis, así como los países de ingresos bajos, seguirán necesitando asistencia para superar las secuelas.
El segundo desafío radica en aprovechar la resiliencia económica mundial para enfrentar transformaciones globales como el cambio climático, la digitalización y la revolución de la inteligencia artificial. Estos fenómenos están cambiando la naturaleza del trabajo y requieren respuestas colectivas para maximizar sus beneficios y mitigar los riesgos.
En este contexto, el FMI se posiciona como un actor clave en la promoción de la cooperación multilateral necesaria para enfrentar estos desafíos. El organismo continuará desempeñando un papel crucial en ayudar a los países a gestionar sus economías, estabilizarse ante las crisis y adaptarse a los cambios que se avecinan.