La inteligencia artificial generativa (GenIA) se está posicionando como un factor clave en el futuro de los empleos en América Latina y el Caribe. Según un informe del Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo, En el caso de El Salvador, el estudio revela que el 13% de los empleos podrían experimentar un aumento de la productividad gracias a la adopción de la GenIA.
Además, hasta el 4% de los trabajos en el país podrían ser completamente automatizados, una cifra moderada comparada con otros países de la región, lo que sugiere un equilibrio entre avances tecnológicos y la preservación de empleos. A pesar de estos cambios, el 15% de los trabajos en El Salvador permanecen en la categoría de «gran incógnita», un desafío que invita a una mayor reflexión y análisis.
Asímismo, la exposición de los trabajos a esta tecnología podría aumentar la productividad de hasta el 14% de los empleos en la región. Este avance resalta la capacidad de la GenIA para optimizar el rendimiento laboral y mejorar los procesos en distintos sectores. Pues a nivel regional, los porcentajes varían considerablemente.
En países como Costa Rica, hasta un 19% de los empleos permanecen en la incertidumbre, mientras que en Uruguay y Brasil, las cifras son aún más altas, con un 21% y 22%, respectivamente. Esto muestra que, aunque el impacto de la GenIA tiene potencial para ser positivo, la falta de claridad sobre ciertos trabajos plantea importantes interrogantes sobre su futuro.
Además de El Salvador, otros países como Panamá y Honduras muestran porcentajes similares en cuanto a posibles automatizaciones. En Panamá, el 4% de los empleos serían automatizados, mientras que en Honduras la cifra se sitúa en un 5%. Estas estadísticas subrayan la importancia de prepararse para una transformación digital gradual y equilibrada, minimizando los posibles efectos negativos.
Aunque la inteligencia artificial generativa tiene el potencial de aumentar la productividad en varios sectores laborales, aún persisten incógnitas en gran parte de los empleos. Para países como El Salvador, esto representa una oportunidad para adaptarse y sacar el mayor provecho de la tecnología, al tiempo que se enfrentan los desafíos de la automatización y la incertidumbre.