A comienzos de 2025, el panorama laboral mundial presenta importantes desafíos, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Aunque la tasa de desempleo global se mantiene estable en un 5%, los avances en empleo de calidad y recuperación económica son desiguales. En particular, los países de bajos ingresos enfrentan un estancamiento en su desarrollo laboral debido a la lenta inversión y falta de integración en la economía global.
Uno de los problemas más graves destacados en el informe es la precariedad laboral de los jóvenes, especialmente en economías en desarrollo. La tasa NEET (jóvenes que no trabajan, estudian ni se capacitan) sigue siendo alarmantemente alta, lo que crea un círculo vicioso de exclusión social y económica. La falta de acceso a educación de calidad y formación laboral agrava esta situación, limitando las oportunidades de crecimiento personal y económico.
Además, factores externos como las tensiones geopolíticas y el cambio climático están poniendo una presión adicional sobre los mercados laborales. Mientras que el cambio climático está dañando infraestructuras esenciales en países vulnerables, las barreras comerciales y restricciones a la migración dificultan que estas economías se integren plenamente al comercio global, limitando su capacidad de desarrollo.
A pesar de este panorama desalentador, el informe de la OIT también identifica oportunidades clave. La transición hacia una economía verde podría ser una herramienta transformadora, particularmente para las economías de bajos ingresos, que podrían aprovechar recursos locales sostenibles para impulsar el empleo y reducir su dependencia de fuentes de energía externas. Asimismo, el fortalecimiento de marcos legales para facilitar una migración segura y eficiente podría aliviar la escasez de mano de obra en países desarrollados y brindar oportunidades a trabajadores en países emisores.
La institución hace un llamado claro, el cual se simplifica en que los líderes globales deben priorizar la eliminación de barreras económicas, promover la cooperación internacional y garantizar inversiones en educación, capacitación y sostenibilidad. Solo así se podrá romper el estancamiento, mejorar los mercados laborales y avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.