
La inflación es un fenómeno económico que provoca que su dinero pierda valor real con el tiempo. Es simple: si los precios suben, su salario compra menos. En la práctica, si usted no actúa, la inflación le está robando su capacidad de ahorro.
Para defender sus finanzas, necesita dejar de ser un simple ahorrador y convertirse en un inversor estratégico.
Invertir es la nueva forma de ahorrar
Su primer error es la inacción. El dinero en efectivo o en cuentas de ahorro con bajas tasas de interés está perdiendo valor. Si la inflación es del 7% y su cuenta le da 1%, usted está perdiendo el 6% cada año.
Invierta: busque activos que históricamente superen la inflación. Hablemos de bienes raíces, o de fondos de inversión diversificados. Su objetivo no es solo guardar, sino hacer que su dinero crezca por encima del aumento general de los precios.
La inflación fuerza a los bancos centrales a subir las tasas de interés, lo que encarece el crédito.

Sea inteligente con la deuda:
Elimine la deuda cara: Liquide primero los préstamos de consumo y las tarjetas de crédito con tasas variables. Son su riesgo más grande.
Asegure su patrimonio: Para compromisos grandes, como una hipoteca, elija una tasa fija. Esto lo aísla de las futuras subidas de intereses en el mercado.
Reajuste su presupuesto sin piedad
Cuando la comida y la gasolina suben, el gasto esencial devora más de su ingreso.
Haga un presupuesto dinámico: Revíselo cada mes, recorte los gastos no esenciales – esas suscripciones que no usa o compras impulsivas– e inmediatamente reasigne ese dinero al ahorro o la inversión.
No permita que la inflación se convierta en un impuesto silencioso a su patrimonio. Tome el control, sea un inversor y proteja el valor real de su capital.
