El Salvador registró en febrero una inflación del -0.06%, según una actualización de datos recopilados por la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable. Este comportamiento lo ubica entre los pocos países de América Latina y el Caribe donde los precios no aumentaron en el segundo mes del año.
En la región centroamericana, solo Guatemala (-0.25 %) y Costa Rica (-0.01 %) acompañaron a El Salvador con cifras de inflación similares. Mientras tanto, países como Honduras (1.15%) y Nicaragua (0.96%) reflejaron aumentos en los precios al consumidor.

El descenso de los precios en El Salvador podría estar influenciado por factores como la estabilidad en los costos de combustibles y ciertos productos de la canasta básica. Esto permite que los consumidores mantengan su poder adquisitivo sin enfrentar incrementos abruptos en bienes y servicios esenciales.
En contraste, Argentina registró la inflación más alta de la región en febrero, con un 2.4%, seguida de Brasil (1.31%) y Bolivia (1.26%). Estos países enfrentan mayores dificultades en el control de los precios, lo que impacta en el poder adquisitivo de la población.

Si bien una inflación negativa puede interpretarse como una señal de estabilidad en los costos de vida, también puede generar desafíos económicos, como una menor rentabilidad para los negocios y un freno en el consumo. Sin embargo, en el contexto salvadoreño, la baja en los precios podría representar un alivio para los consumidores.

El Salvador se mantiene como una de las economías con menor inflación en la región, lo que podría generar un ambiente más predecible para consumidores y empresas. No obstante, los analistas advierten que será clave monitorear la evolución de los precios en los próximos meses para evaluar su impacto en la actividad económica.