
El Salvador se consolida como el país más rápido de la región en el despacho aduanero de exportaciones, según un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Con los menores tiempos promedio de tramitación en frontera, el país se coloca por delante no solo de sus vecinos latinoamericanos, sino también del promedio de economías avanzadas incluido como referencia en el estudio.

La gráfica del BID ubica a El Salvador en el extremo inferior del ranking de días requeridos para que una exportación directa quede lista para su envío internacional, lo que indica el mejor desempeño entre los países analizados. Este tiempo es sensiblemente menor al registrado por el promedio de América Latina y el Caribe, que aún muestra procesos más lentos y burocráticos.
En contraste, en la parte alta del gráfico aparecen países como Brasil, Suriname y Guyana, que concentran los mayores tiempos de espera y convierten la aduana en un verdadero cuello de botella para el comercio exterior. La brecha entre estos y El Salvador puede llegar a ser de hasta tres veces más días en promedio.
Ventaja competitiva para las exportaciones
La rapidez del despacho aduanero salvadoreño se traduce en menores costos logísticos y mayor previsibilidad para las empresas exportadoras. Para las pymes, más sensibles a los retrasos, esta eficiencia significa poder cumplir plazos de entrega, mantener contratos y participar en cadenas de suministro que operan con inventarios ajustados.
Además, al reducir fricciones en frontera, el país envía una señal positiva a potenciales inversionistas que buscan plataformas ágiles para abastecer mercados regionales y globales. En un contexto donde la logística sigue siendo un factor crítico de competitividad, la posición de El Salvador le otorga una ventaja clara frente a sus competidores.

Un reto para el resto de la región
El promedio regional de América Latina y el Caribe, que aparece en la zona media-alta de la gráfica, evidencia que la mayoría de los países aún arrastra demoras significativas en sus procesos aduaneros. Estas demoras encarecen los productos, limitan la participación en mercados dinámicos y reducen la presión competitiva que incentiva la eficiencia y la innovación.
El informe del BID sugiere, implícitamente, que la experiencia salvadoreña puede convertirse en referencia para otros gobiernos que buscan modernizar sus fronteras, simplificar trámites y aprovechar mejor las oportunidades del comercio internacional como palanca de crecimiento y desarrollo.
