El Salvador ha mostrado una notable mejora en su riesgo de inversión, evidenciada en la reciente caída del Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) a 386 puntos en diciembre de 2024. Este resultado representa una considerable reducción frente a los 457 puntos registrados en noviembre del mismo año. La baja sostenida en este índice refleja las medidas fiscales implementadas por el Gobierno, tales como la recompra de bonos y la planificación de un presupuesto financiado, que han contribuido a mejorar la confianza de los inversionistas.
El EMBI, indicador que mide el riesgo percibido por los mercados internacionales sobre la capacidad de un país para cumplir con sus obligaciones financieras, coloca ahora a El Salvador en una posición más favorable frente a sus pares centroamericanos. Por primera vez en mucho tiempo, Honduras supera a El Salvador como el país de mayor riesgo en la región, con un EMBI de 398 puntos. Este cambio de posición destaca los esfuerzos realizados por el Gobierno salvadoreño para estabilizar sus finanzas.
En el contexto regional, Costa Rica mantiene un EMBI de 204 puntos, el más bajo de Centroamérica, seguido por Guatemala con 208 puntos y Panamá con 283 puntos. Las estrategias fiscales del Gobierno salvadoreño, como la recompra anticipada de bonos y un enfoque más sostenible en la gestión presupuestaria, han sido clave para esta mejora.
Estas acciones no solo han reducido la carga financiera del país, sino que también han incrementado la confianza en su capacidad de pago a largo plazo. Esto contrasta con períodos anteriores en los que El Salvador enfrentaba críticas por el alto riesgo percibido por los mercados.
La caída del EMBI salvadoreño representa un logro importante para la administración actual y una señal positiva para los inversionistas internacionales. Aunque persisten desafíos, este avance marca un punto de inflexión en la percepción de riesgo del país, brindándole mejores oportunidades para acceder a financiamiento en condiciones más favorables.