La energía es fundamental para el desarrollo global, ya que impulsa inversiones, innovaciones y nuevas industrias, lo que a su vez promueve el empleo, el crecimiento inclusivo y una mayor prosperidad en un entorno más sostenible. En este contexto, el Banco Mundial ha dedicado una significativa suma para apoyar el avance hacia fuentes de energía renovables, con el objetivo de facilitar una transición energética que sea tanto equitativa como justa.
Durante los últimos cinco años, el Banco Mundial ha invertido aproximadamente US$15,000 millones en la generación de energía renovable, destacando su compromiso con la sostenibilidad y la reducción de las emisiones de carbono. Esta inversión es parte de un esfuerzo más amplio para transformar la matriz energética global y reducir la dependencia de fuentes de energía fósiles.
Además, el Banco Mundial ha destinado cerca de US$6,500 millones para respaldar proyectos de eficiencia energética, un área crucial para maximizar el uso de los recursos energéticos y minimizar el desperdicio. Estas iniciativas no solo contribuyen a una reducción en el consumo energético, sino que también ayudan a mejorar la rentabilidad y sostenibilidad de los proyectos energéticos.
En paralelo, la institución ha aprobado alrededor de US$7,400 millones para mejorar el acceso a la energía, con un enfoque especial en las poblaciones más pobres y vulnerables, incluidas las regiones afectadas por conflictos y fragilidad. Este enfoque integral busca asegurar que los beneficios de la transición energética lleguen a todos, promoviendo una mayor equidad y contribuyendo a la estabilidad y prosperidad global.