La ESCUELA LID de la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI), a través del Observatorio Mype, presentó el jueves 29 de agosto, el segundo informe «Estado de la MYPE 2024: La Otra Cara de la Economía».
El evento de lanzamiento contó con el auspicio de la Iniciativa DINAMICA II, una colaboración entre el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Gobierno de Alemania, a través del KfW, y la Unión Europea. Asimismo, el informe contó con el apoyo financiero parcial de We Effect, USAID Catalyze WBR, ACTEC, FUSAI e Integral, tu Banca Mype.
Los resultados obtenidos establecen que la contribución promedio de las microempresas entre 2016 y 2023 representa el 42.9% al PIB, lo que las convierte en el pilar fundamental de la economía salvadoreña. No solo son el mayor motor económico del país, sino que su desempeño determina el bienestar general: cuando las microempresas prosperan, la mayoría de las familias también prosperan; cuando enfrentan dificultades, el impacto se resiente a nivel nacional.
El informe aborda temas cruciales y de actualidad para El Salvador, como la contribución de las MYPE al PIB, el entorno empresarial que enfrentan y los esfuerzos por promover su transición de la informalidad a la formalidad. Además, explora las dificultades financieras, particularmente de las microempresas, su rol en la prevención de la migración forzada a través del emprendimiento, así como los desafíos y oportunidades derivados de la reciente expansión de sectores dinámicos como el turismo y la construcción en el país.
La investigación, realizada en alianza con el programa El Salvador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), presenta información clave que permite apreciar el impacto de las microempresas en el Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador. El PIB, definido como el valor total de todos los bienes y servicios producidos en un territorio durante un periodo determinado, generalmente un año, es un indicador clave de la salud económica de un país y se utiliza para medir su crecimiento económico y comparar su desempeño con el de otras economías.
Sin embargo, en los últimas tres años, las microempresas, de manera particular, se han visto Sin siderablemente afectadas por los efectos del sobreendeudamiento generado por la pandemia, por el elevado impacto se de manera que ha erosionado sus márgenes de utilidad, y por las Dificultades para integrarse de manera óptima en las nuevas cadenas económicas de crecimiento del pais.
A pesar de que la mayoría de las microempresas están enfrentando estos desafios con éxito, demostrando su alto grado de resiliencia, los datos revelan que una de cada tres microempresas enfrentan dificultades financieras que requieren una atención integral. El informe de FUSAI indica que es crucial encontrar formas de apoyar de forma a estas microempresas que enfrentan dificultades, a fin de impulsar su recuperación y crecimiento a largo plazo.
El informe también apunta a la necesidad de realizar un análisis exhaustivo que permita al país implementar un Plan de Rescate Integral para las microempresas que enfrentan dificultades. De acuerdo con los resultados de la investigación, es necesario poner una atención especial a aquellos microempresarios de subsistencia que no contaban con los recursos y las capacidades suficientes para absorber los impactos de la crisis derivada de la pandemia por Covid 19.
El documento llama la atención sobre la necesidad de que se implementen programas integrales de apoyo, incluyendo asistencia alimentaria y protección de la canasta básica, además del soporte financiero y de capacitación. El Informe advierte que como resultado de la mejora en las condiciones de seguridad del país, las MYPES están enfrentando una mayor competencia, no solo de otros microempresarios locales, sino también de nuevas empresas, incluso medianas y grandes. En este sentido, el documento hace énfasis en la urgencia de poner en marcha un plan integral para desarrollar las microempresas en El Salvador, creando un ecosistema de apoyo que potencie las oportunidades existentes e involucre al sector privado, público, inversionistas, la banca y otros actores clave.
Principales hallazgos del Informe
El capitulo 1 del informe revela que entre 2016 y 2019, la contribución de las microempresas al PIB creció ligeramente, ayudando a reducir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, la pandemia por Covid 19 en 2020 provocó una caída del PIB del 7.9% y un aumento de la pobreza en 3.4 puntos porcentuales, a pesar del mayor aporte de las microempresas. En 2021, la economía se recuperó con un crecimiento del 10.3%, beneficiando temporalmente a las microempresas. No obstante, la inflación, especialmente en alimentos, comenzó a afectar su contribución al PIB, limitando la reducción de la pobreza a solo 1.6 puntos porcentuales. Para 2023, la persistente inflación redujo la contribución de las microempresas al PIB al 36.3%, exacerbando la pobreza y la desigualdad.
Estos datos muestran que, si bien las microempresas aún tienen un rol protagónico en la economía del país, han enfrentado problemas en estos últimos años. A pesar del crecimiento económico sostenido del 3% en el PIB global del país, las microempresas no han podido encontrar la manera de beneficiarse plenamente de esta expansión. Entre 2021 y 2023, solo el 25% de los microempresarios reportaron incrementos consistentes en ventas, empleo e inversión, lo que indica que solo una cuarta parte se ha beneficiado de la reactivación económica.
Para comprender mejor la dinámica del sector, el capítulo 2 muestra cómo ha sido la dinámica empresarial de la microempresa durante este periodo. En el 2020, el porcentaje de microempresarios que percibían su situación como desfavorable, aunque en disminución, supera al de quienes la consideraban favorable. Esta percepción mejoró hasta el cuarto trimestre de 2022, cuando el 41.1% la consideraba favorable, pero luego volvió a decaer, con un promedio neto favorable de 16.5% entre 2023 y 2024.
Ante este complejo panorama, los capítulos 3, 4, 5 y 6 amplían la realidad de la situación del sector, abordando las diferentes barreras estructurales y desafíos socioeconómicos más significativos que afectan a diversos segmentos y sectores de la microempresa.
El capítulo 3 revela que un 76% de las microempresas opera en la informalidad, y el 24% restante en un sector semi formal que cumple solo algunas obligaciones legales. Se resalta que, con las regulaciones actuales, muchos empresarios de subsistencia y acumulación simple tendrían dificultades para cumplir con la normativa, ya que sus ingresos apenas cubren los gastos diarios.
El capítulo 4 destaca que el 35.3% de las propietarias de microempresas asumen toda la responsabilidad de los servicios de cuidado, lo que limita el crecimiento de sus negocios. Además, las empresarias suelen concentrarse en sectores menos rentables, mientras que los hombres se enfocan en sectores de mayor rentabilidad. El bajo nivel educativo de muchas microempresarias también es un obstáculo para su crecimiento.
El capítulo 5 del informe destaca la importancia de las remesas: el 44.8% de los empresarios que reciben remesas ha destinado parte de estos fondos para establecer o fortalecer su negocio, lo que significa que existe una oportunidad para crear una cultura más inclinada al uso productivo de las remesas, potenciando así el crecimiento del sector.
En conjunto, el Informe en su conjunto caracteriza de forma holística la realidad de este sector crucial y enfatiza la urgencia de un plan integral para desarrollar las microempresas en El Salvador, creando un ecosistema de apoyo que potencie las oportunidades existentes e involucre al sector privado, público, inversionistas, la banca y otros actores clave. El objetivo debería ser impulsar el crecimiento sostenible de las microempresas y garantizar que los beneficios económicos alcancen a todos los estratos de la microempresa, especialmente a los más vulnerables.
La entrega de este informe refuerza el compromiso de FUSAI con la construcción de un futuro próspero para todos los segmentos de las Mypes en El Salvador. El informe subraya que al fortalecer a las microempresas se asegura su papel como motor económico y estabilizador social en el desarrollo sostenible del país. Los datos presentados revelan una faceta de la realidad salvadoreña que había estado oculta en las estadisticas oficiales, permitiendo comprender mejor la vida y los desafios de quienes sostienen la economía del país con su esfuerzo diario, desde las zonas rurales hasta las periferias urbanas.
Estas microempresas, como las personas que venden café en paradas de buses o preparan pupusas en las aceras de sus hogares, reflejan la esencia y resiliencia de la economía salvadoreña.