El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó la plataforma FX EDGE, una innovadora herramienta diseñada para aumentar las inversiones privadas en América Latina y el Caribe, enfrentando uno de los mayores desafíos para el desarrollo: la volatilidad cambiaria. Esta iniciativa busca fortalecer la resiliencia financiera de los países y facilitar la atracción de capital internacional hacia proyectos sostenibles.

FX EDGE incluye un paquete de soluciones que combina un mecanismo de financiamiento mixto, una línea de liquidez para emergencias cambiarias y un programa de derivados cambiarios de largo plazo. Estas herramientas están dirigidas a responsables de políticas públicas, con el objetivo de garantizar la estabilidad de inversiones en contextos económicos inciertos.
La plataforma se inspira en el programa Eco Invest, desarrollado en Brasil con apoyo del Reino Unido, el cual ya ha demostrado su efectividad al movilizar inversiones por US$8 mil millones. Ahora, esta experiencia se amplía a nivel regional y global con la participación de Brasil como coimplementador, y el respaldo financiero y técnico del gobierno británico.
Entre los beneficios de FX EDGE se destaca su capacidad para activar líneas de crédito contingente en caso de una fuerte depreciación de la moneda local, facilitando que proyectos con ingresos en moneda nacional puedan cumplir sus obligaciones en dólares u otras divisas. Además, se facilita el acceso a instrumentos de cobertura cambiaria a través de instituciones locales y bancos centrales.

Tanto el presidente del BID, Ilan Goldfajn, como la ministra de Desarrollo del Reino Unido, Jenny Chapman, destacaron que FX EDGE representa un paso clave para movilizar financiamiento del sector privado hacia economías emergentes. Por su parte, el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, expresó su orgullo de que la experiencia brasileña sirva como modelo para el desarrollo sostenible global.
FX EDGE refuerza la agenda de Financiamiento para el Desarrollo, aportando soluciones escalables que impulsan el progreso económico, fortalecen la resiliencia frente a crisis y promueven un modelo de inversión climáticamente responsable.