El Banco Mundial (BM) proyecta que los precios de los productos básicos globales disminuirán hacia 2026, en gran parte debido a un excedente de petróleo que limitaría el impacto de posibles conflictos geopolíticos en Oriente Medio. Según su informe Commodity Markets Outlook, se espera que para 2025 los precios de estos productos alcancen su punto más bajo en cinco años, aunque aún serían un 30% superiores a los niveles previos a la pandemia de COVID-19.
La oferta mundial de petróleo, en particular, superará la demanda en 2024, con un excedente de 1.2 millones de barriles diarios, algo solo visto anteriormente durante la pandemia y en la crisis de precios de 1998.
Entre 2024 y 2026, se espera una caída del 10% en los precios de los productos básicos, con los alimentos descendiendo un 9% este año y 4% en 2025, para luego estabilizarse. No obstante, los precios seguirán un 25% por encima del promedio de 2015-2019. En cuanto a la energía, se prevé un descenso del 6% en 2025 y del 2% en 2026, lo que podría ayudar a los bancos centrales a controlar la inflación, siempre y cuando no se intensifiquen los conflictos armados.
Indermit Gill, economista en jefe del BM, destaca que, aunque estos precios más bajos pueden mitigar algunos efectos de las crisis geopolíticas, no aliviarán el impacto de los altos precios de los alimentos en países en desarrollo, donde la inflación es doble respecto a economías avanzadas, afectando a 725 millones de personas en 2024.
La volatilidad del petróleo, impulsada por conflictos en Oriente Medio, también se aborda en el informe. Si el conflicto redujera el suministro global en un 2%, los precios del crudo Brent podrían llegar a US$92 por barril, aunque un ajuste de producción podría estabilizarlos en US$84 en 2025, un 15% superior al pronóstico inicial.
Ayhan Kose, subdirector del BM, resalta que la economía global está mejor preparada para enfrentar una crisis petrolera, lo cual brinda oportunidades para reducir los subsidios a los combustibles fósiles y usar la caída de precios como apoyo a la política monetaria para controlar la inflación.
Se espera que el oro alcance precios récord este año, dado su rol como refugio seguro en tiempos de incertidumbre. Aunque sus precios podrían disminuir ligeramente, se mantendrían un 80% por encima de los niveles previos a la pandemia.