El Ministerio de Hacienda reportó un crecimiento del 5.6 % en la recaudación fiscal durante 2024, alcanzando un incremento de US$747.6 millones en comparación con el año anterior. Para 2025, se proyecta la necesidad de US$7,677.6 millones en ingresos para financiar el presupuesto nacional, priorizando medidas para combatir el contrabando y la evasión fiscal.
El gobierno ha destinado US$1,700.5 millones para inversión pública, un aumento del 8.4 % respecto a 2024. Los recursos estarán dirigidos a infraestructura vial, educación, salud, transporte público, y proyectos de agua y saneamiento. Este esfuerzo busca garantizar el desarrollo sostenible del país.
Además, se implementará un plan de austeridad que incluye la eliminación de plazas no esenciales, el congelamiento de escalafones en Salud y Educación, y el compromiso de mantener un presupuesto equilibrado. Este enfoque convierte a El Salvador en un país fiscalmente independiente, financiando sus egresos con los ingresos generados internamente.
La Asamblea Legislativa también se suma a estas medidas, reduciendo su presupuesto a US$46.9 millones para 2025. Este ajuste refleja un ahorro histórico de US$11.4 millones en cuatro años, contrastando con administraciones pasadas que priorizaron el derroche y las plazas fantasmas.
En términos de remuneraciones, el presupuesto pasó de US$55.3 millones en 2021 a US$36.7 millones proyectados para 2025, un ahorro de US$18.6 millones. Este recorte sustancial refleja la gestión eficiente del presidente de la Asamblea, Ernesto Castro.
Con estas decisiones estratégicas, El Salvador avanza hacia una economía más sólida y transparente, marcando un nuevo rumbo en la administración de los recursos públicos.