Las tarjetas de crédito pueden ser una gran herramienta financiera si se usan con inteligencia, pero también pueden convertirse en un problema si no se administran bien. Para evitar deudas innecesarias y proteger tu bolsillo, es clave conocer algunas estrategias básicas de uso.

El primer consejo es pagar siempre el saldo total antes de la fecha de corte. Dejar un saldo pendiente genera intereses que pueden acumularse rápidamente y encarecer tus compras. Si no puedes pagar todo, intenta cubrir al menos el pago mínimo para evitar cargos adicionales.
Otro punto clave es no gastar más del 30% de tu límite de crédito. Mantener un uso moderado de la tarjeta no solo te ayuda a controlar tus finanzas, sino que también mejora tu historial crediticio, lo que puede beneficiarte en futuras solicitudes de crédito.

Además, aprovecha los beneficios y recompensas que ofrecen las tarjetas. Muchas brindan descuentos, meses sin intereses o puntos que pueden traducirse en ahorro. Sin embargo, revisa siempre las condiciones para evitar costos ocultos.
Por último, evita retirar efectivo con tu tarjeta de crédito. Este tipo de transacción suele tener comisiones altas y genera intereses desde el primer día. Si necesitas dinero en efectivo, es mejor recurrir a otras opciones como un fondo de emergencia o un préstamo con mejores condiciones.