El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dado un espaldarazo significativo a El Salvador, aprobando un nuevo desembolso de US$118 millones como parte del acuerdo total de US$1,400 millones vigente con el organismo.
Esta decisión, tomada tras la conclusión de la consulta del Artículo IV de 2025 y la primera revisión del acuerdo bajo el Servicio Ampliado del FMI (SAF), eleva a US$231 millones la cantidad total que El Salvador ha recibido hasta la fecha de dicho programa. La noticia llega un mes después de que el multilateral anunciara un acuerdo a nivel de personal técnico, confirmando ahora la aprobación formal por parte del Directorio Ejecutivo.

El Directorio Ejecutivo del FMI no escatimó en elogios hacia las autoridades salvadoreñas, destacando su firme compromiso con el programa económico respaldado por el organismo y los resultados satisfactorios obtenidos hasta el momento. El informe del FMI subraya que la economía salvadoreña continúa mostrando señales de crecimiento robusto, acompañada de una inflación moderada y una notable reducción en el déficit de la cuenta corriente. Estas mejoras macroeconómicas son un reflejo de las políticas implementadas por el gobierno.

Nigel Clarke, Subdirector Gerente y Presidente interino del FMI, resaltó en particular los avances del país en la consolidación fiscal, un objetivo clave del programa. Asimismo, enfatizó el fortalecimiento de las reservas internacionales y la implementación de reformas estructurales cruciales en áreas como la gobernanza y la transparencia.

Entre los logros más destacados, el FMI valoró positivamente la promulgación de una nueva Ley de Sostenibilidad Fiscal, que sienta las bases para una gestión financiera más prudente. También se reconocieron los avances en el fortalecimiento de las regulaciones en los procesos de contratación pública, la facilitación del acceso a la información financiera de las principales empresas estatales y la habilitación del acceso a los contratos públicos.
El organismo internacional también reconoció los significativos esfuerzos de El Salvador para mejorar la capacidad institucional y la gestión de proyectos públicos, lo que se espera que conduzca a una ejecución más eficiente de las inversiones en infraestructura. Según el FMI, este es un paso clave para acelerar el crecimiento económico del país en los próximos años.