La costa de El Sunzal no solo atrae a surfistas de todo el mundo, sino también a inversores comprometidos con transformar la oferta turística del país. Con una inversión que alcanza los US$25 millones, el sector turístico salvadoreño se encuentra en una nueva etapa de desarrollo. Este ambicioso plan, que abarca la creación de diez nuevos sitios de hospedaje en las playas más icónicas del país, como El Palmarcito, Mizata y Punta Mango, está liderado por la empresa 2Surf en colaboración con el Gobierno salvadoreño.
Durante la ceremonia de colocación de la primera piedra en El Sunzal, la ministra de Turismo, Morena Valdez, subrayó el impacto positivo que estas inversiones tendrán en la economía local, especialmente en la generación de nuevos empleos.
«Estamos viendo una gran dinamización de la economía, pero lo más importante es que estos proyectos están diseñados para beneficiar a la población salvadoreña», comentó la ministra. La visión detrás de esta iniciativa no solo se enfoca en atraer turistas internacionales, sino también en crear un entorno donde las comunidades costeras puedan prosperar mediante un turismo sostenible y responsable.
El Presidente de 2Surf, Max Novoa, uno de los inversionistas principales, destacó que el aumento en la afluencia de turistas y la realización de eventos deportivos internacionales, como los campeonatos de surf, ha sido un catalizador para que el sector privado vea en estas playas una oportunidad de crecimiento. «En estos últimos cinco años, he visto un salto cualitativo en la infraestructura turística que nos motiva a invertir en proyectos como este», señaló.
El proyecto no solo ofrece una experiencia de hospedaje similar a plataformas como Airbnb, sino que también busca posicionar a El Salvador como un destino mundialmente reconocido por sus olas, garantizando que las comunidades locales sean parte integral de este crecimiento. Cada nuevo sitio de alojamiento brindará oportunidades laborales a cientos de salvadoreños, mientras fortalece la marca Surf City a nivel internacional.
Con la expansión de Surf City, El Salvador se proyecta como un país que no solo preserva su belleza natural, sino que también crea las condiciones necesarias para un desarrollo económico y social sostenible, beneficiando a sus habitantes y atrayendo a turistas y deportistas de todo el mundo.