El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump reiteró su llamado para que la Reserva Federal (Fed) reduzca las tasas de interés, argumentando en sus redes sociales que una política monetaria más flexible debería ir «de la mano» con los aranceles comerciales que planea implementar. Sus declaraciones surgen mientras sus asesores ultiman detalles sobre nuevos impuestos a importaciones, en un intento por fortalecer su agenda económica proteccionista.

Por su parte, Jerome Powell, presidente de la Fed, señaló durante su testimonio ante el Congreso que el organismo no tiene prisa por modificar su estrategia actual. Subrayó que la economía muestra resistencia, con un mercado laboral sólido y un crecimiento estable, factores que justifican mantener las tasas en un rango de 4.25% a 4.50%. Esta postura marca distancia frente a las presiones de Trump, quien históricamente ha criticado la autonomía del banco central.

Aunque la inflación registró un leve repunte en meses recientes, sigue estando por debajo del objetivo del 2% a largo plazo de la Fed. Los analistas destacan que, pese a las tensiones geopolíticas y las posibles guerras comerciales, los indicadores económicos no reflejan aún urgencia para nuevos recortes. Powell enfatizó que cualquier decisión dependerá de datos concretos, no de presiones políticas.
El posible regreso de los aranceles recíprocos, promovidos por Trump, añade incertidumbre. Expertos advierten que estas medidas podrían encarecer productos importados, afectar cadenas de suministro y presionar la inflación, complicando el escenario para la Fed. No obstante, seguidores de Trump insisten en que una combinación de tasas bajas y proteccionismo revitalizaría la industria local.

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