
El Banco Mundial ha actualizado sus perspectivas económicas para El Salvador, proyectando un crecimiento del 2.7% en 2025, ligeramente superior al 2.5 % previsto para 2026. Estas cifras reflejan una estabilidad respecto a las proyecciones anteriores de octubre de 2024. Para este año, las previsiones se mantienen en los niveles anticipados, consolidando un ritmo moderado de crecimiento en el país.
A nivel regional, se espera que el crecimiento económico de América Latina y el Caribe se acelere a 2.5% en 2025 y 2.6% en 2026. Este repunte estará impulsado por la recuperación económica de Argentina, la normalización de las tasas de interés y la disminución de la inflación. Además, se anticipa que los precios favorables de los productos básicos seguirán respaldando las exportaciones en la región.

Sin embargo, las proyecciones están sujetas a varios riesgos. La persistencia de problemas fiscales, el mantenimiento de una inflación subyacente elevada y la posible continuidad del endurecimiento de las políticas monetarias podrían frenar este crecimiento. A nivel internacional, la desaceleración de la economía china plantea un riesgo adicional al reducir la demanda de los principales productos básicos de exportación.
El informe destaca que, pese a las dificultades económicas enfrentadas por la región en 2024, el descenso de la inflación y una política monetaria más flexible podrían favorecer una recuperación económica en los próximos años. Este entorno beneficiará a países como El Salvador, que podrían capitalizar estos factores para estabilizar su economía.

El desempeño económico dependerá, en gran medida, de factores tanto internos como externos. La región deberá aprovechar los precios favorables de los productos básicos y fomentar la resiliencia ante las fluctuaciones en la demanda global para garantizar un crecimiento sostenido.
El Salvador y América Latina tienen la oportunidad de sentar bases sólidas para un crecimiento más inclusivo, aunque será crucial gestionar los riesgos y promover políticas económicas que fortalezcan la estabilidad fiscal y social en el mediano plazo.