La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta un crecimiento de apenas 2.2% en 2024 y 2.4% en 2025 para las economías de la región, reflejando un estancamiento del PIB per cápita en la última década. Según el informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2024, la dinámica de crecimiento continúa dependiendo mayormente del consumo privado, mientras que la inversión sigue rezagada, agravando la baja capacidad para crecer.
El Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar, destacó la necesidad de fortalecer la capacidad productiva a mediano y largo plazo mediante políticas que aumenten la productividad, impulsen el empleo de calidad y promuevan la inversión en capital productivo. En este contexto, América del Sur crecería 2.6% en 2025, Centroamérica 2.9%, y el Caribe (excluyendo Guyana) 2.6%. Sin embargo, persisten desafíos como el lento crecimiento del empleo (1.7% en 2024), la elevada informalidad (46.7%) y las significativas brechas de género en los mercados laborales.
En el ámbito fiscal, los ingresos públicos enfrentan limitaciones debido al débil crecimiento económico y altos costos de financiamiento, mientras que la deuda pública sigue ejerciendo presión. La CEPAL insta a fortalecer las finanzas públicas mediante reformas tributarias progresivas, combate a la evasión fiscal y mejoras en la eficiencia del gasto tributario, además de promover una mayor coordinación regional para reformar la arquitectura financiera internacional.
El informe subraya la importancia de implementar políticas de desarrollo productivo de nueva generación para salir de la trampa de bajo crecimiento. Estas deben enfocarse en áreas estratégicas como la sostenibilidad ambiental, ciencia y tecnología, digitalización e integración en cadenas de valor mundiales, priorizando sectores con alto potencial dinamizador del crecimiento y la productividad.
A pesar de la desaceleración económica, la región ha mostrado avances en el control de la inflación, que pasó de un 8.2% en 2022 a una proyección de 3.4% en 2024. No obstante, este nivel aún supera los valores prepandemia. El informe concluye que la adopción de estrategias innovadoras, con énfasis en sostenibilidad y transformación productiva, es clave para impulsar un desarrollo económico más robusto y equitativo en la región.