
El fortalecimiento de la producción nacional continúa generando resultados tangibles en la economía rural salvadoreña. El programa Impulsando la producción local y la comercialización ha permitido que productores del país diversifiquen su oferta alimentaria con productos elaborados a base de maicillo y otros granos locales, abriendo nuevas oportunidades en el mercado interno.
Aunque la tradicional tortilla de maicillo es ampliamente conocida entre los salvadoreños, la iniciativa ha fomentado la creación de una gama más amplia de alimentos: galletas, pan dulce, quesadillas, opciones cero azúcares y otros productos con valor agregado. Este proceso de innovación no solo amplía la oferta gastronómica, sino que también incrementa la demanda de materia prima local, fortaleciendo los ingresos de pequeños y medianos agricultores.


Durante un recorrido por el agromercado institucional, el viceministro de Agricultura, Óscar Domínguez, junto a María Guimarães, representante del Programa Mundial de Alimentos (WFP), destacó la importancia económica del proyecto. La presencia de organismos de cooperación internacional ha facilitado la capacitación técnica, el acceso a nuevas tecnologías de procesamiento y la apertura de espacios de comercialización estables.

Estos esfuerzos impulsan la creación de cadenas de valor más sólidas, generan empleos en comunidades rurales y fomentan el emprendimiento agroalimentario. Asimismo, la apuesta por productos nutritivos y elaborados localmente contribuye a una mayor competitividad del sector, dinamizando tanto la economía agrícola como la industria alimentaria nacional.


El agromercado institucional se ha convertido en una vitrina clave para que los productores presenten sus innovaciones, conecten con nuevos compradores y amplíen su capacidad de ventas. Con este tipo de iniciativas, el país avanza hacia una economía rural más productiva, sostenible y orientada al desarrollo de mercados internos con identidad salvadoreña.
