Inversiones de renta fija: Los productos de renta fija suelen ser una opción atractiva para las personas que no quieran riesgos en sus inversiones, aunque su rentabilidad potencial sea más reducida que otros productos financieros.
Este tipo de inversiones se pueden clasificar según:
El plazo de vencimiento: el horizonte temporal establece si la inversión se va a realizar en el corto, medio o largo plazo. Escoger un periodo de tiempo determinado depende de los objetivos del inversor, del capital disponible y de su perfil de inversor.
El rendimiento: este concepto mide las ganancias en relación al coste de la inversión.
- Rendimiento explícito: con pagos periódicos al inversor en forma de intereses.
- Rendimiento implícito: con un pago único de intereses en el momento de la amortización.
Inversiones de renta variable: Su principal característica es que, en el momento de la adquisición, no se conoce su posible rendimiento futuro. El motivo es que estas operaciones dependen de distintos factores.
Fondos de inversión: Se refiere a un instrumento de ahorro que reúne un patrimonio colectivo, formado por las aportaciones de un número variable de inversores. Estas aportaciones se invierten en diversos instrumentos financieros como pueden ser acciones, valores de renta fija, derivados o una combinación de estos y su gestión se encomienda a una sociedad gestora.