
La seguridad debe integrarse en la computación de próxima generación desde el principio para prevenir ataques e interrupciones (Foro Económico Mundial)
La computación de próxima generación aprovechará la mecánica cuántica, entre otros avances, para alcanzar niveles inéditos de potencia, ubicuidad y velocidad. Sin embargo, también será vulnerable a ataques, manipulaciones e interrupciones, a menos que la seguridad se integre desde el inicio.
Incorporar la ciberseguridad en los procesos de ingeniería y despliegue no tiene por qué limitar las capacidades, pero sí requerirá colaboración.

Durante muchos años, un “ordenador de próxima generación” simplemente significaba una máquina más rápida. Esas nuevas computadoras hacían lo mismo y calculaban de la misma manera que las anteriores, solo que a mayor velocidad y con más capacidad de almacenamiento.
Hoy, la computación de próxima generación significa algo completamente diferente. Implica distintos tipos de máquinas y métodos de cálculo, con niveles de potencia, ubicuidad y velocidad sin precedentes. Y abarca mucho más que la inteligencia artificial (IA).
Incluye aprovechar la mecánica cuántica para crear dispositivos capaces de procesar datos de formas fundamentalmente distintas, con bits que pueden encarnar simultáneamente dos estados diferenciables, no solo encendido o apagado. Significa imitar la estructura y funcionalidad del cerebro humano para crear computadoras neuromórficas y usar moléculas biológicas para realizar cálculos. También implica llevar computadoras al espacio y aprovechar ese entorno.

La computación de próxima generación ampliará de manera dramática lo que llamamos ciberespacio y permitirá actividades en línea completamente nuevas. Sin embargo, también será altamente vulnerable a ataques, manipulaciones e interrupciones, a menos que la seguridad se incorpore en estos sistemas desde el inicio. Esto requerirá que consumidores, empresas y países trabajen juntos para orientar su desarrollo y despliegue.
Cómo superar los límites de las tecnologías cuánticas para equilibrar la cooperación global con la soberanía nacional Al igual que con las generaciones anteriores de computación, la próxima generación tiene el potencial de generar enormes beneficios. Pero estas máquinas también podrían convertirse tanto en objetivos como en herramientas para actores malintencionados si no se construyen correctamente.

La computación está en todas partes: en cada dispositivo, transacción y órbita. Con un poder y una dependencia tan generalizados, el mundo ya no puede confiar en ponerse al día parchando cada nueva amenaza a medida que surge. En cambio, las fuerzas del mercado deben impulsar un sistema cibernético fuerte y adaptable, como un “sistema inmunitario” digital.
La seguridad debería incorporarse a la computación de próxima generación desde el principio para evitar que actores malintencionados ataquen o interrumpan estos sistemas con fines dañinos. Al mismo tiempo, estas nuevas herramientas también deberían utilizarse para mejorar la efectividad de las defensas cibernéticas existentes.
