El Banco Mundial ha señalado que América Central y la República Dominicana están en un momento crucial para transformar sus economías y reducir la pobreza a través de la tecnología. Para aprovechar esta oportunidad, es esencial mejorar el capital humano y fomentar el uso de nuevas tecnologías en el trabajo, como se detalla en el informe «El Futuro del Trabajo en América Central y la República Dominicana».
La automatización, que ha permitido a empresas de países desarrollados reducir costos laborales, podría facilitar la relocalización de la producción. Esto podría resultar en la creación de empleos en la región, siempre que se adopten medidas adecuadas para atraer inversiones de alta calidad y fomentar el uso de tecnologías avanzadas.
Sin embargo, la falta de adaptación al progreso tecnológico podría tener graves consecuencias. La disminución de la inversión extranjera y el deterioro en la calidad del empleo son riesgos inminentes si no se implementan cambios significativos. Aunque los empleos que requieren conocimientos y habilidades interpersonales están creciendo, los trabajos manuales todavía predominan en la región, lo que resalta la necesidad urgente de un cambio.
El uso limitado de computadoras e Internet por parte de los trabajadores en Centroamérica es alarmante. Guatemala y Honduras tienen las tasas más bajas de uso de tecnología, lo que pone de manifiesto la brecha digital que afecta a la fuerza laboral. En comparación, los países de la región son significativamente menos intensivos en tareas de conocimiento que Estados Unidos, lo que sugiere que se requiere un esfuerzo considerable para actualizar las habilidades laborales.
Para enfrentar estos desafíos, el informe propone una serie de acciones concretas. Es fundamental implementar iniciativas que amplíen el acceso a la tecnología, así como proyectos piloto que alienten a las pequeñas y medianas empresas a adoptar plataformas digitales. Estas medidas pueden ser el primer paso hacia una mayor inclusión tecnológica.
Asimismo, mejorar el sistema educativo es esencial para preparar a la fuerza laboral ante los retos del futuro. Esto incluye el desarrollo de habilidades digitales y la adaptación de la educación a las demandas del mercado. A corto plazo, los responsables de políticas deben considerar modelos que ofrezcan protección social a los trabajadores temporales y de plataformas, mientras que a largo plazo es vital repensar la financiación y provisión de estas redes de seguridad.