La actividad del sector servicios en Estados Unidos registró en mayo su primera contracción en casi un año, impulsada por una disminución abrupta en la demanda y un alza en los precios vinculada al reciente aumento de aranceles comerciales. Según el informe del Instituto de Gestión de Suministros (ISM), el índice cayó a 49.9 puntos, por debajo del umbral de 50 que marca expansión, lo que indica un retroceso económico que tomó por sorpresa a analistas y empresarios.

Uno de los factores más significativos detrás de esta contracción fue la fuerte caída en los nuevos pedidos, cuyo indicador descendió 5.9 puntos hasta situarse en 46.4. Esta disminución, la más marcada desde junio de 2024, refleja una tendencia generalizada entre las empresas a postergar decisiones de compra ante la incertidumbre generada por el entorno comercial y las nuevas tarifas impuestas por la administración estadounidense.
El presidente del comité de encuestas del ISM, Steve Miller, afirmó que, aunque el índice general no apunta a una contracción severa, sí evidencia una creciente preocupación entre los actores del mercado sobre el impacto a largo plazo de los aranceles. Esto ha llevado a una actitud más conservadora por parte de los proveedores y compradores, que ahora priorizan la prudencia en sus operaciones.

Paralelamente, el índice de precios pagados alcanzó su nivel más alto desde finales de 2022, llegando a 68.7 puntos, lo cual refuerza el peso de la inflación en el desempeño del sector. Mientras tanto, sectores como comercio minorista, construcción y transporte reportaron caídas, contrastando con el crecimiento observado en áreas como alojamiento y restauración, que siguen mostrando cierto dinamismo pese al contexto adverso.
Otros indicadores reflejan también señales de enfriamiento: la confianza en las existencias aumentó, lo que sugiere un exceso de inventario, y la cartera de pedidos se redujo al nivel más bajo desde agosto de 2023. Aunque el empleo tuvo un leve repunte con un índice de 50.7, las empresas mantienen una postura cautelosa. En conjunto, estos resultados refuerzan la percepción de que la economía estadounidense atraviesa un momento complejo, afectada tanto por factores internos como por las crecientes tensiones en el comercio internacional.