América Latina y el Caribe experimentaron una caída del 12% en los flujos de inversión extranjera directa (IED) durante 2024, en un contexto global marcado por la incertidumbre económica, tensiones geopolíticas y fragmentación comercial, según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2025 de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Aunque los anuncios de nuevos proyectos aumentaron en países como Argentina, Brasil y México, la región no logró esquivar la tendencia global a la baja.

A escala mundial, la IED cayó un 11%, lo que representa el segundo año consecutivo de retroceso. Pese a que el monto total de inversiones alcanzó los US$1.5 billones, este aparente crecimiento se debe principalmente a movimientos financieros volátiles dentro de ciertas economías europeas, utilizadas como intermediarios en el tránsito de capital.
En el caso de América Latina, el descenso en los flujos refleja un entorno menos favorable para el financiamiento de sectores estratégicos. A pesar de los esfuerzos por atraer inversión, muchos países siguen viendo cómo el capital se concentra en actividades de bajo impacto en desarrollo, mientras sectores clave como infraestructura, energía y tecnología permanecen desatendidos.

ONU Comercio y Desarrollo advierte que la caída de la inversión en sectores alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) podría profundizar las desigualdades estructurales en América Latina. Esta realidad contrasta con el crecimiento del 23% registrado en América del Norte, impulsado en gran medida por Estados Unidos.
La secretaria general de UNCTAD subrayó que el sistema actual canaliza los recursos donde es más fácil, no donde más se necesita, y llamó a alinear las inversiones públicas y privadas con los objetivos de desarrollo. Esta propuesta será uno de los temas centrales de la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo.

Ante este panorama, el informe enfatiza la necesidad de reformar los sistemas de inversión para garantizar que América Latina y otras regiones en desarrollo no queden rezagadas, especialmente en un contexto donde la confianza de los inversores a largo plazo se ha visto erosionada por factores globales de alto riesgo.